Eiderkeritan

Артём Дерягин compartió en Twitter un vídeo de una  pareja discutiendo . En el escaso minuto que dura la escena, ocurren tantas cosas que más bien parece un cortometraje. Una pareja discutiendo en primer plano, detrás, una señora mayor con movilidad limitada cruzando la carretera a la que se le caen todas las naranjas que llevaba; y un gato que se acerca. Gato, señora, pelea, coches… la chica empieza a ayudar a la anciana, espantando al animal. El chico sigue discutiendo con ella desde la farola, pero de repente se acerca para ayudar. Y final apoteósico: un cartel cae sobre el lugar en el que estaba la pareja. A ambos se le queda la sangre helada al ver que, si no se hubieran acercado a ayudar a la mujer a recoger sus naranjas, les habría caído el cartel en la cabeza. Hay películas con menos argumento. Este vídeo tiene todos los ingredientes para convertirse en viral: Hace florecer emociones : la discusión, la señora cruzando, el peligro, el gato... todo ello despierta curiosidad, gene

  Como afirmaba el investigador computacional Ricardo Baeza-Yates en una entrevista: “muchas personas van a la web a buscar información, pero son pocas las que aportan. El porcentaje de gente activa en internet es muy pequeño, alrededor de un 5%”. Sin embargo, hay ocasiones en las que las tendencias cambian, y como en todo, hay excepciones. El año 2020 fue mundialmente excepcional en muchos sentidos, y uno de ellos es el de la creación de contenidos en internet. En marzo del 2020, la mayoría de los países del mundo decretaron confinamientos domiciliarios para frenar la propagación del virus COVID-19. Millones de personas vieron como su día a día cambiaba drásticamente. Y fue en este contexto cuando otros virus empezaron a propagarse sin filtros: los retos virales. Las redes se inundaron de contenidos que subían las personas, muchos de ellos quizá por primera vez. Y es que el confinamiento despertó muchos talentos ocultos: panadería, canto, dibujo… y como no, baile. Al estar limitada

  La esperanza de vida es un término usado frecuentemente en los medios, pero cuando hablamos de esperanza de vida, tenemos que saber que en realidad los datos que se dan no se corresponden con la verdadera “probabilidad de vivir X años”, sino con la “probabilidad de morir a los X años”. Aunque parezca que nos referimos a lo mismo, cuando hablamos de fechas exactas hay que tomar en cuenta la puntualización. Cuando hablamos de esperanza de vida respecto a un año (por ejemplo, 1975), no hablamos de la edad que probablemente alcance una persona nacida en 1975; sino de la edad media con la que murieron las personas en 1975. Por eso, en realidad, con “esperanza de vida” nos estamos refiriendo a “pronóstico de muerte”. Tras esta macabra pero debida puntualización, seguiré llamando a este "pronóstico de muerte", como siempre lo llamamos: "esperanza de vida". La esperanza de vida ha ido aumentando a lo largo de la historia de la humanidad. Especialmente destacable es el aum