Inteligencia ¿artificial?

La primera vez que oí el término inteligencia artificial me llamó muchísimo la atención, ¿inteligente y artificial? Entiendo que la inteligencia, que nos atribuimos sobre todo los humanos y se la concedemos también a algunos animales, es una parte del mundo natural que apenas llegamos a comprender.  Para empezar, ni siquiera nos ponemos de acuerdo en qué es ser inteligente. Obviamente no se trata solo de ser capaz de aprender y aplicar los conocimientos a nuevos contextos;  la inteligencia implica también el razonamiento abstracto, la imaginación, la proyección en el futuro, la autoconsciencia etc... Por lo tanto, creo que hoy en día, aunque se hable mucho sobre inteligencia artificial, en realidad las máquinas y algoritmos que hemos creado están lejos de ser inteligentes.

Tengo aquí cerca a dos supuestas inteligencias artificiales, Alexa y Siri, y les he hecho una serie de preguntas. Les he pedido que inventen palabras,  a lo que ambas me han contestado que no son capaces. También les he preguntado si se consideran inteligentes y no me han contestado claramente. Alexa me ha dicho “bueno, lo hago lo mejor que puedo” y Siri “buena pregunta”.  Ninguna de esas respuestas son consecuencia de valorar la pregunta, reflexionar internamente y dar una respuesta sobre la creencia que tiene cada una de sí misma;  sino que simplemente es una respuesta estandarizada  en sus algoritmos.  Me cuesta considerar a estas dos como inteligentes, ya que aunque son capaces ejecutar perfectamente aquello para lo que fueron preparadas, fallan estrepitosamente en el momento que se les pide hacer algo para lo que no fueron  programadas, por ello el término asistente virtual me parece mucho más correcto. 

El objetivo de la inteligencia artificial, como rama de la informática, ha de ser el de facilitar a los humanos tareas repetitivas o tareas en las que hay que hacer un gran cálculo con una gran cantidad de información para así facilitar la toma de decisiones. Creo que es difícil dejar en manos de un algoritmo la toma de decisiones que impliquen consecuencias para personas, animales o la vida en general. Si en algún momento se crearan inteligencias artificiales dotadas de esta capacidad de toma de decisión, tendrían que incluir necesariamente algoritmos éticos,  a pesar de que el ser inteligente no implique necesariamente tener sentido ético.


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